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“¿Con qué obras conviven los artistas?”. Esa fue la pregunta inicial que motivó este proyecto.

Muchos artistas coleccionan obras de arte. Si bien no todos lo hacen, es habitual que, con el tiempo, la mayoría de ellos reúna algunas obras. Algunos artistas coleccionan sin proponérselo: son las obras las que los eligen a ellos. Otros, por el contrario, son plenamente conscientes del cuerpo de su colección. Muchos ni siquiera están convencidos de tener una colección en el sentido estricto del término y definen ese conjunto de obras con las que conviven, por oposición, como el resultado de una práctica improvisada. A pesar de no ser del todo apropiado el término, decidimos nombrar a esta “relación conyugal'': colecciones de artistas.

En 2017 comenzamos a explorar la geografía doméstica de un grupo de artistas para conocer las obras que habitan en sus casas o talleres. Editorialmente el concepto era simple: entrevistar artistas en su rol de coleccionistas y hacer un registro fotográfico del momento real de la visita.

Por más de un año, junto con el fotógrafo Juan Pardo Goicochea, visitamos a catorce artistas. La mayoría de las entrevistas ocurrieron durante 2017 y algunas pocas fueron hechas en la primera mitad de 2018.

Desde el inicio quisimos trabajar con artistas de nuestra generación. El grupo se fue armando a medida que pasaron los meses. Arrancamos con algunos amigos cercanos y nos dejamos llevar por un plan que se fue ajustando mientras avanzábamos, orientando la búsqueda en las particularidades de cada colección.

Algunos de los entrevistados son amigos entre sí y ciertos nombres se van repitiendo entre las colecciones. Se van formando nuevas capas e historias que empiezan a encadenarse y dejan en evidencia la fuerza que tienen los vínculos como motor para desarrollar ideas.

Si bien la lista de participantes tuvo un crecimiento orgánico, buscamos diez colecciones o historias que fueran bien diferentes entre sí. Contactamos a artistas que en algún momento tuvieron sus propios proyectos y espacios autogestionados, artistas que son, además, curadores y que escriben textos para otros artistas, artistas que a su vez son docentes o gestores culturales, artistas activistas, artistas editores, artistas que trabajan juntos, parejas de artistas, etc.

La única condición que tuvimos, a la hora de pensar el registro fotográfico fue evitar el fondo blanco y no sacar jamás las obras de su contexto. El resultado es un registro minucioso de las visitas que hicimos tal cual ocurrieron, donde aparecen las obras pero también zapatillas, manos, celulares, comida, mascotas, tijeras y cinta de embalar.

Algunos espacios ya los conocíamos, muchos otros no, pero en todos los casos era la primera vez que nos encontrábamos con las colecciones como conjuntos. Nunca fuimos con preguntas armadas; fueron surgiendo en el momento para dejar lugar a lo inesperado que los encuentros generaron. La mayoría de los textos conserva así la frescura de ese primer recorrido por los ambientes de las casas, el encuentro con las obras y lo que ellas dejaron ver.

Hablamos de las obras, pero nos interesaban, sobre todo, las historias de cómo llegaron ahí. Se fue narrando, en paralelo, el propio recorrido de cada artista, sus afectos, su comunidad y su vínculo con ellas en su casa o taller, donde comparten con ellas el espacio cotidiano. Se armó, sin darnos cuenta, un retrato de los artistas a través de sus colecciones. A la vez, se revelaron colecciones que, al mismo tiempo, incluían algunos objetos foráneos, como figuras religiosas de diversas culturas, piezas de altar, miniaturas, panes, amuletos, objetos conmemorativos de todo tipo, que sumaron capas de sentido y alimentaron cada retrato.

Compras, trueques, regalos, agradecimientos, cosas que después de un tiempo dado se instalan allí, intercambios más o menos tímidos o directos: lo que tienen en común todas estas historias es sin duda el afecto. Esos grupos de obras, en sus nuevos contextos, funcionan como guardianes y, a su vez, están al cuidado de sus nuevos dueños. Contienen la presencia de esas personas, aunque vivan en cajas, en placares. A veces, por ese mismo motivo, necesitan estar guardadas. Las colecciones son un recorte autobiográfico de un momento dado, y por ello están también en constante movimiento.

Esta publicación presenta solo una selección de cada colección. Incluye obras de más de 200 artistas, creadores y artesanos locales e internacionales, activos y fallecidos. Para nosotras, el proceso implicó descubrir el trabajo de muchos nombres que no conocíamos, que esperamos poder compartir y difundir con esta revista.

Colecciones de artistas es un proyecto que, a lo largo de sus años de trabajo, convocó a sumarse a muchos otros amigos y colegas. Nuestro gran y fundamental compañero de trabajo, desde el primer día fue Juan Pardo Goicochea. Las imágenes que retratan cada obra y cada encuentro son el resultado de su mirada única y su amoroso trabajo.

Durante estos cinco años, Colecciones de artistas tuvo varias formas: en sus comienzos fue una página web que desarrollamos junto a las artistas Mariana Sissia, Mercedes Irisarri y Mayra Vom Broke, que le dieron su primer aliento al proyecto.

Durante todo 2021 trabajamos en esta nueva versión, la publicación en papel. Las entrevistas fueron editadas; algunas crecieron y se transformaron, otras solo sumaron alguna pregunta nueva que permitió cerrar o abrir un ciclo. Reencontrarnos con el material sugirió nuevos interrogantes o preguntas que no pudimos hacer en su momento y que quedaron tapadas en las torres de pluriball mientras desembalamos, descubrimos, apilamos y volvimos a guardar las obras, y entonces las hicimos ahora.

Para esta última etapa contamos con un gran equipo: Santiago Goria confió en el material desde el comienzo y fue el más dedicado diseñador y generoso compañero de trabajo; sobre la recta final se sumó María Eugenia Solla en la posproducción digital y Paloma Vidal Ruiz se aseguró de que los textos se publicarán sin errores, recorriendo una y mil veces las entrevistas. Como invitado estrella tenemos la fortuna de contar con Pablo Schanton y el maravilloso texto "Artistas coleccionando artistas, una cuestión de matrocinio y numismática" , recién estrenado en los primeros días de febrero de 2022. Colecciones de artistas también es posible gracias al apoyo de Balanz a través de Mecenazgo Participación Cultural del Ministerio de Cultura, Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El cierre de este ciclo nos da un poco de melancolía. Nada de esto sería posible sin los artistas que trabajaron con nosotras y fueron parte fundamental de este equipo. Gracias infinitas a Ana Clara, Juan, Nico, Laura, Jazmín, Irana, Vero, Manu, Charly, Delfina, Victoria, Flavia, Luis y Mariela por su trabajo, por permitirnos entrar en sus casas, revisar, preguntar y hacer real este proyecto que nos dio tanta felicidad durante estos años.

Entrevistas
Daniela Varone
Valeria Pecoraro

Fotografía
Juan Pardo Goicochea (Argentina)
Marisa Shimamoto (Japón)

Diseño
Mariana Sissia
Mercedes Irisarri

Desarrollo
Mercedes Irisarri

Corrección
Paloma Vidal Ruiz / Alicia Di Stasio

Traducción
Mayra vom Brocke / Daniela Varone

coleccionesdeartistas@gmail.com



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